El conflicto entre Balthior y Werlh

Pese a que la tan conocida Guerra de Balthior con Werlh se prolongó durante únicamente siete años durante el reinado de un joven rey Toldar, hubo una serie de acontecimientos bélicos previos que empezaron mucho antes de que dicho monarca naciera. Es imposible cuantificar el número de escaramuzas y enfrentamientos que se libraron en la frontera entre las dos naciones; muchos de ellos realmente sangrientos y que desplazaron la frontera entre ambas naciones de norte a sur o de sur a norte hasta que se declaró una zona neutral entre ambos reinos y cuya violación por parte de Balthior fue la base y el caldo de cultivo del estallido final de la Gran Guerra.

Balthior fue fundada en territorio bárbaro en un tiempo posterior al reinado de Kyrass por un grupo de pictos con ideas de cambio y modernidad impulsadas por el contexto socioeconómico del sur; la creación de la Cúpula Blanca y los tratados fundacionales de Werlh, Asthroth y Maronia, entre otros. El nuevo reino de Balthior luchó acérrimamente con sus vecinos badroks del este, hasta que perdieron parte de su territorio y con ello, parte de sus recursos. Poco a poco, década a década, Balthior se fue extendiendo hacia el sur, y la frontera que separaba Badrok-Her con Werlh fue substituida por la frontera entre Balthior y Werlh. Durante su expansión el reino de Balthior fue adquiriendo poder y riqueza, pero en lugar de detenerse en la frontera, decidieron cruzarla y poner a prueba la paciencia de Werlh, por aquel entonces ya gobernada por el tatarabuelo de Toldar. Por sorpresa de nadie, Werlh reaccionó a la agresión y se envió un contingente de ochocientos hombres a detenerla, lo que generó el primer conflicto bélico entre ambas naciones y que empezó a tensar una cuerda que tarde o temprano se partiría.

Durante los doscientos años siguientes dichos conflictos no se detuvieron y, en cambio, se acrecentaron. Balthior necesitava ampliar sus fronteras a toda costa para satisfacer las necesidades de un pueblo en expansión y crecimiento, siendo conscientes que no podían hacerlo ni en direción oeste: debido a los pueblos bárbaros y pictos que protegían sus tierras con fervor místico y casi religioso (ya que consideraban su territorio como un regalo recibido de sus ancestros), ni en direción este, con unos badroks rabiosos y ansiosos por recuperar parte del territorio perdido en las últimas generaciones. La única solución de una nación ambiciosa y con tal necesidad de expansión fue reclamar parte del norte de Werlh para sí y aprovechar los recursos que los bosques y las montañas que delimitaban la frontera y sus alrededores les proporcionaria. Sin embargo, el ejército de Balthior era inferior en número al de Werlh. Y Werlh poseía amigos poderosos en Asthroth que acudirían en su ayuda si fuera necesario. Así que el reino bárbaro del norte optó por aliarse con su antaño enemigo, los badroks, para que les proporcionara soldados y recursos bélicos que pudieran decantar la balanza a su favor.

Durante algo más de doscientos años, tropas de Balthior reforzadas con mercenarios badroks conquistaron y establecieron colonias en el norte de Werlh; algunas de ellas incluso llegaron a asentarse durante varias décadas. Y en una partida de ajedrez casi infinita, Werlh respondía enviando tropas, incendiado dichos asentamientos y arrasando con aldeas y pueblos cuyos habitantes desconocían si pertenecían a una nación o a la otra. Hasta que, durante el reinado de Toldar y en el transcurso de sus mejores años; agotado de tanta incertidumbre política y siendo consciente que Balthior jamás se detendría hasta que se le demostrara que nada tenían que hacer contra Werlh, declaró la guerra a Balthior en una decisión algo controvertida para muchos de sus partidarios, y estalló el conflicto final que acabó con las ilusiones de un pueblo con delirios de grandeza y, a su vez, terminó también con una alianza entre el reino de Balthior y los badroks, los cuales se habían estado aprovechando de la ambición de sus vecinos. En siete años murieron varios millares de hombres, mujeres y niños de ambos bandos. Y cuando Balthior recapituló y se firmó el tratado de paz que fue sellado con el compromiso de matrimonio entre Edmon y Adriana, ninguno de los dos monarcas se atrevió a afirmar en voz alta que con la rendición de Balthior se habían salvado muchísimas más vidas y que los dos reinos estaban al borde del colapso.

-Apariciones: Antes del alba
La piedra de la creación

Etiquetas: Adriana de Werlh, El rey Toldar, Los badroks

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